Había una vez, hace no mucho tiempo, en un lugar no muy lejano, dónde no había princesas, una joven, que no era muy diferente a las demás, de estatura promedio, piel cobriza, cabellos oscuros, y ojos color maple, pero sin duda su mirada era muy particular.
Y nuestra historia comenzará con lo que parecía ser un simple corte de cabello, que después de mucho pensar, lo decidió, su cabello, como ella misma lo reconocía, era lo único, en cuanto a su físico correspondía, que cuidaba, de un lacio impecable y un castaño no muy oscuro. Era lo que más le gustaba de si.
Su cabello, era casi tan polifacético como ella, hasta antes de cumplir su primer año de edad, era casi rizado, cuando por fin fue su primer aniversario era muy lacio y de un negro intenso, era largo, lo tenía hasta los hombros, con el tiempo y conforme fue tomando sus propias decisiones, es decir a la edad de 8 años fue muy corto, era una pequeña melena redondeada, al llegar a la adolescencia, era largo, mucho, pero nunca lo llevaba suelto.
Pasaron los años y se adentro mucho más en ese extraño mundo adolescente, vinieron los cambios radicales en aquella melena larga, lisa y oscura como la noche. Lo primero fue deshacerse de ese color negro de su cabello y lo tiño de cobrizo con algunas mechas en plata, tiempo después, lo corto, quito todo el volumen he hizo un pequeño fleco, que según le dijeron, haría que su rostro luciera más. Después de que su cabello quedara casi güero, decidió cambiarlo a un tono chocolate, y con cada cambio venia una transformación bastante significativa en su personalidad. Durante sus primeros años y mientras su cabello iba sostenido en una coleta de caballo, fue una chica, tímida, casi introvertida, pero conforme surgieron los cambios en su cabellera su comportamiento cambio, sobretodo cuando desato su coleta.
Y todo se remonta a sus XV años, a esa edad se presentaron la mayoría de sus cambios, dejó la melena larga porque se convirtió en corta, el oscuro color de sus cabellos porque se volvieron claros y el lacio por un poco de friz, a cada cambio se le adjudica una ruptura amorosa, alguna decepción, o simplemente un mal trago. Así transcurrieron sus años , entre cambios de look repentinos.
La chica de la que hablamos se llama Cambio. Cambio era una joven promedio que por muchos años busco ser amiga de Aceptación, una chica de su clase. Aceptación, siempre fue una joven talentosa, de belleza incomparable y un carisma que a cualquiera enamoraba. Sin duda llevaba colgado un banderín con la frase popular desde su nacimiento.
Cambio era alguien tímida, que solía refugiar sus éxitos en sus amigas, no creía que pudiera ser capaz de lograr nada ella sola por lo cual siempre estaba acompañada por alguien no muy diferente a ella pero si más arriesgada, su fiel compañera era Atrevida, una niña que no le tenía miedo a nada y que siempre por su personalidad rebelde terminaba por meterse en problemas, Cambio, quería mucho a Atrevida, y aunque no siempre estaba de acuerdo en lo que su amiga hacía, la apoyaba en todo.
Cambio quería encajar en el circulo de los chicos populares pero no le caían del todo bien, porque eran presumidos y muy materialistas, sin embargo Engreído, era un buen amigo de ella, él solía tenerle mucha confianza, le contaba sus cosas y pasaban mucho tiempo juntos, con el tiempo, Cambio, comenzó a sentir algo muy especial por Engreído y se lo contó Atrevida, y ella al sentirse traicionada se lo hizo saber a Engreído, y él se alejó de Cambio, ese hecho fue tan significativo para cambio que busco con mayor insistencia ser amiga de Aceptación, pero entre más cosas hacía para agradarla parecía que más se fastidiaba, entre tantas cosas que hizo para lograr ser como la mayoría esperaba que fuera termino por cansarse.
Después de muchos intentos fallidos por convertirse en una niña rosa, banal y plástica se convenció de no llegaría a agradarle lo suficiente a su “amiga” Aceptación, por lo que se saco todas esas ideas de la cabeza y siguió sus propios instintos. Fue así como entre una mezcla de sentimientos, que eran principalmente dominados por la tristeza y por un poco de esa valentía que hasta ese momento nunca había experimentado experimento su primer transición, corto aquel cabello, lo tiño y por fin lo llevo suelto.
Al soltar su melena se sintió mucho más segura de ella, experimento el amor, y aunque no fue tan buena esa experiencia aprendió mucho de ella, pero a lo largo de esa relación surgieron más transformaciones. Quito ese tono dorado de su cabeza y lo cubrió con café, nunca fue más largo de los hombros y de vez en vez lo amarraba en una coleta, esto fue después de su ruptura con Egoísta, el chico que sin duda hizo de su corazón un fuerte, se podría decir que quedo hasta blindado, y no conforme con ello, perforo su nariz, de ese modo, logro sentir que sacaba ese coraje que experimentaba hacía su ex-amor.
Después de un tiempo Egoísta regreso a la vida de Cambio, y tardo mucho tiempo para que saliera de ella, con su regreso Cambio tiño su cabello de negro, pero también lo corto, hasta por enzima de los hombros y con demasiadas capas se perforo de nuevo, justo por debajo de su labio inferior, para ese entonces ella ya era muy segura, sabía que podía lograr todo aquello que se propusiera, porque sola, había conseguido escribir para la revista quincenal que había en su escuela, y escribiendo era como lograba poner a todos sus sentidos a sus ordenes, pero paso un tiempo cuando tuvo que abandonar su escuela, continuo sus estudios en otra y de nuevo un cambio, aunque el color seguía siendo oscuro lo dejo crecer y se quito las perforaciones. Esa etapa de rebeldía que la había invadido ya pasaba.
Cuando logro encontrarse en paz con ella, cuando era lo suficientemente segura conoció a Vanidad, alguien de quien se hizo muy amiga y ella le presento a Egocentrismo quien también se hizo su fiel compañero. Muy mal acompañada por Vanidad y Egocentrismo se adentro en el mundo de la adultez, al que llego con un poco de madurez, la suficiente para poder afrontar una serie de problemas que se le presentarían. Como Cambio ya se encontraba estable y había formado ya su carácter y personalidad su cabello no se había trasformado ya, seguía siendo oscuro, largo y lacio, pero con un buen corte para dar cuerpo a esa pesada caída de sus cabellos.
Cuando Cambio llego a ser adulta encontró en un joven algo especial que hacía que su corazón se acelerará con tan sólo una mirada de él, ese joven era muy especial. Cambio comenzó una relación con él, y tenía esa forma de hacerla sentir muy segura, le bastaba con una palabra de él para salir volando, con el tiempo logro enamorarse a tal grado que ese chico comenzaba a evadir ese blindaje de su corazón, acto que asusto a Cambio y decidió alejarse de él.
Cambio era una chica que no sabía estar sola, por lo que siempre, a pesar de no tener una pareja, había alguien a su lado que la hacía sentir valorada y querida; y esta ocasión fue igual. Su corazón comenzaba a experimentar pequeños acelerones que de repente se calmaban, pero muy de golpe, era como cuando uno empieza a manejar, y en un automóvil de transmisión manual, que de un momento a otro va bien, pero cuando viene el cambio de velocidad a veces se apaga. Algo así le sucedía en esta ocasión, por que pensaba que todo lo tenía bajo control, que sólo era el que estaba siguiendo sus instintos y que los tenía bien controlados; aunque en ocasiones se sentía muy confundida, estaba contenta y ¡pum! de golpe le llegaba un bajón, o ya se enojaba y de repente ya estaba feliz otra vez, todos esos cambios se reflejaban es su tan polifacético cabello, casi tanto como su tan marcada personalidad. A ratos no podía controlar esos pelos lacios, solía decir que cobraban vida, ya que se ponían rebeldes, al no saber que hacer con sus mechones lisos y bajo tanta desesperación por aquella situación, pensó que era lo que podía hacer, se había visualizado ya con un corte, corte que lo traía todo el tiempo en la cabeza, casi tanto como a este chico que comenzaba a ser especial, pero ella, se negaba a aceptarlo.
Pasaron los días y la idea de una nueva transición seguía en su cabeza, y ese joven se comenzaba adueñar de algunos pensamientos. Transcurrieron dos o quizá tres semanas cuando por fin, decidida acudió aquella estética que hacía mucho tiempo no pisaba, llego retrasada ala cita de la 1:40 por lo cual tuvo que cambiarla a las 4 de la tarde, llego segura de que eso que haría era lo mejor, ya que significaba cortar, o dar por finalizadas algunos capítulos de la historia de su vida a los cuales les hacía falta el punto final.
Lavaron su cabello y cuando estaba en aquella silla típica de sala de belleza, de esas redondas, gordas y que giran, la estilista, que era muy bonita por cierto, le pregunto que si ya sabía que quería, a lo cuál, Cambio, más segura que nunca respondió con un tajante – Sí, pasaron algunos segundo y añadió – Quiero una melena cóncava. La peluquera se quedo sorprendida con aquella respuesta y preguntó en seguidas ocasiones que si estaba segura, y ella movió la cabeza de arriba a bajo en señal de un sí, la estilista comenzó con su trabajo, corto, entre saco y degrafilo, minutos después el corte estaba listo, sorprendida pero conforme con el resultado pago y salió del lugar.
Al llegar a casa, abrió el armario y se puso a buscar aquella ropa de colores oscuras y formas diversas, que hacía mucho que no usaba, las blusas de resaque de colores negro, gris y azul, los cinturones con estoperoles y esos jeans ajustados, deslavados y algo gastados que tanto le gustaban, sentía que así completaba sus modificaciones personales por fuera y por dentro, ya que la opresión y desesperación que la aquejaban ya no estaban.
Regresaba a Cambio un poco de aquella rebeldía, que creía se había terminado, ya que ansiaba perforar su labio inferior de nuevo, pero el dolor que aquello podría ocasionarle le aterraba mucho más que la primera vez. Cuando se resigno a no horadarse de nuevo caminaba con una sonrisa y con gran paz interior.
A este cambio le siguió uno más, estuvo un par de días prisionera de la televisión, fue consumidora de esas historias de Hollywood dónde las chicas rubias encontraban el amor, y el amor de chicos muy apuestos, por lo que bromeaba con teñirse de rubia, ya que ellas tenían éxito en esas cuestiones en las que Cambio no lograba salir bien librada.
Se encontraba feliz, el año estaba por finalizar y creía que terminarlo soltera pero no sola era lo mejor que podía hacer, cuando el nuevo año entro sufrió un duro golpe que sacudió con aquella melena de trazos redondos bien definidos, al no saber que hacer y pensar que necesitaba borrar algunos actos de su vida, creyó que podar aquella cabeza de nuevo sería lo mejor, pero no quería terminar sin cabellos. Lo pensó y lo re-pensó y llegó a la conclusión de que sería bueno un nuevo color, claro que este no fue rubio.
El empaque de aquel tiente decía “Castaño Cenizo” y según el dibujo en el cabello oscuro quedaba lindo, por lo cual se dispuso a comprarlo, una vez que se lo aplicaron, y al verse pensó que éste no había quedado de la misma tonalidad en toda aquella cabezota, pero no fue así, el tinte había quedado perfectamente bien adherido. Los resultados no fueron los esperados, a Cambio le parecía un tono muy extraño y no sabía si existía alguna palabra para nombrar aquel color. Vaya que su tono era raro, pero sin embargo parecía reflejar, probablemente aspectos del estado de animo de Cambio, ya que en ocasiones con los rayos del sol se veía rojizo, a veces cobraba un tono dorado y en otras era castaño, pero sin duda todo dependía, en gran parte, de los ojos que lo veían. A pesar de eso ella no creía que esa fuera la solución, pero si estaba un poco más calmada después de tan cruel noticia.
La chica que al desatar la coleta y dejar libres al viento sus cabellos, se transformo radicalmente, y en ocasiones éste manifiesta muchas etapas de su comportamiento. Sus amigos, Atrevida, Vanidad y Egocentrismo, siguen a su lado dando fuerzas para sentirse segura, con el transcurrir del tiempo, Cambio se entero que Aceptación, se había quedado sola, ya que quería que todos fueran de una manera muy diferente a lo que en realidad deseaban ser.
La joven de nombre Cambio , alguna vez escucho a alguien decir que era polifacética, algo que nunca creyó, pero con el tiempo descubrió, que lo era, porque hasta en cada uno de sus cabellos se refleja.